Desde su
ventana, Carmen ve la fachada del hotel de enfrente, el que en realidad
funciona como albergue transitorio. Observa a las parejas de amantes, a los
grupos, a las prostitutas y sus clientes. Los ve salir con el cabello húmedo y
sonrisas inmorales. Siente rabia porque contaminan su alma pura con indecorosos
pensamientos. Luego se persigna, sin saber que el hotel verdaderamente es
hotel, y la gente que entra y sale son turistas, amigos y felices matrimonios
de vacaciones.
( De " Rotas metáforas", Macedonia 2015)