Si al
pasar por una carnicería se descubre recorriendo el labio superior con su
lengua, al ver las costeletas montadas una sobre otra; si siente que la tira de
morcillas le acelera las pulsaciones; si transpira ante el hueco húmedo y
tentador del osobuco, y puede percibir un leve cosquilleo bajo el ombligo. No
se preocupe, no es morbo, a todos nos sucede durante Semana Santa.
( De " Eros Gourmet" Publicación digital 2013)