A diferencia
de sus antecesoras, las actuales señoritas de San Nicolás se manifiestan
felices y a gusto. El secreto está en que, de niñas, nunca les enseñaron a
tejer, a bordar ni abrir la puerta para salir a jugar. Está comprobado que a
los hombres realmente interesantes, tales destrezas los espantan.
Caro Fernández/Leo Mercado
(De "Hacer el Cuento, microcrónicas" Ediciones Macedonia ,2012)